He quedado con éstas, en casa de Sara. Yo creía que a Sara le caía fatal, pero la semana pasada, cuando le conté mi pequeño problemilla (de los otros no hablo con nadie) se ofreció a ir conmigo de compras. "¡Tarde de chicas!", dijo. Y me llevó a Zara. Ahora en mi vestidor cuelgan junto a los Yves Saint Laurent, y los Dior de temporada, imitaciones de Zara que casi dan el pego. El "casi" se esconde en el tacto de los tejidos, en la caída de las prendas y seguro que también en los colores. Por supuesto que a Sara no le dije nada, se la veía entusiasmada intentando ayudarme. Como agradecimiento la invité a merendar, y eso que yo no meriendo nunca. Y la cosa quedó rara, ella con su café y sus tortitas con sirope y yo con un refresco de agua con limón que no toqué.
Hay que encajar.
Pasar desapercibida.
Ésa es la clave.
He quedado con éstas en casa de Sara. En su honor he decidido ponerme el traje blanco que me ayudó a elegir. Si me pongo su primo hermano de Stella McCartney se desmaya....o no. Seguro que la muy imbécil ni se entera. No me termina de caer bien Sarita. Ni sus amigas.Y lo intento...por la cuenta que me trae, son parte del camuflaje.
Pero se ríen de mí.
Se creen que no me entero. Intento participar de sus bromas, de sus entusiasmos pueriles, reírme con sus estupideces y sus crueldades, pero en la cara se me queda colgada una sonrisa extraña, demasiado tensa que me afina los labios. Me dan ganas de matarlas. Que les den por culo.
Me pongo el Stella McCartney.
Genial, como siempre.
ResponderEliminarMe encanta Karen, eres genial
ResponderEliminarMe encanta Karmen, eres genial, el otro comentario no llevaba gafas, espero el siguiente
ResponderEliminarEl Stella McCartney siempre.
ResponderEliminarQue grande. ¿Encajar, o encajonar?
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