sábado, 25 de enero de 2020

GALGO


No sé nada del paciente de la 205. No me he leído su historial, no he hablado con ningún médico de planta, ni ningún especialista, no lo necesito.  Me sobran las pruebas, los rayos x y las analíticas.  Eso lo hago yo por mi cuenta en dos minutos.

Quiero recalcar que como enfermera de paliativos me tomo mi trabajo muy en serio, soy metódica , creativa y no dejo las tareas a medias. Y sigo los protocolos al pié de la letra.

MIS protocolos.

El señor de la 205 balbucea algo en sueños, es posible que se le esté pasando el efecto de los calmantes. Le toco el hombro y le despierto. Está algo desorientado, me mira con recelo pero se le pasa al reconocer mi bata blanca.

- Ahhh, enfermera, qué bien que esté aquí. Necesito un calmante... - se señala el antebrazo - 

- ¿Puntos de sutura? - pregunto.

- Catorce -contesta orgulloso.

- ¿Trabajando? - le ofrezco con desgana un blister de Paracetamol que saco del bolsillo de la bata y un vaso de agua de encima de la mesilla.

- No, no, no, de montería...de caza....

- ¿Es usted cazador? - le pregunto curiosa. El tema me interesa, me siento a los pies de su cama.

- Sí...

- Yo también - le digo con una sonrisa de oreja a oreja.- 

El cazador me extiende la mano buena, la manga del pijama deja asomar un viejo tatuaje que le sube por el brazo. Yo le extiendo también la mía. 

- Genaro - se presenta, mientras me estrecha la mano feliz - ¡jodo, qué manos tan frías!.

- ¿Caza mayor o menor, Genaro?

Antes de contestar, registra la habitación con la mirada, como si estuviéramos rodeados de gente, y dice bajito:

- Lo que haiga, y to´l año....usted ya me entiende.

- Es usted furtivo.

Genaro asiente con la cabeza.

- Yo también 

- ¡Cago en el copón! - se alegra mi nuevo ..."amigo" - ¡la primera furtiva que conozco!

- Y ¿la herida, Genaro?

Genaro vuelve al susurro: - Ná, el galgo, que ya no me sirve pa`na, ....antes era más fácil, pero ahora con el micro-chí y eso...pos hay que quitalo ... ¿comprende?

- No sé Genaro, no sé si le comprendo.


- Tengo yo un chuchillo que llevo en la zamarra pa´stas cosas, y al ir a sacarle el chí al perro, me sa revuelto, y el mu cabrón ma tirao una tarascá que por casi me deja lisiao.


- Ya.....y ¿el perro?


-Sa salío corriendo campo través ... mu lejos no ha llegao, le salía sangre por el cuello, como a un gorrino, joputa el galgo.



- Genaro, Genaro...¿usted sabe que la caza es deporte, verdad?

- Deporte, deporte es...

- Genaro, para ser usted deportista, le sobran unos kilitos, ¿eh? - le digo palmeándole la barriga, con cierta fuerza.

A Genaro le desconcierta un pelín mi gesto de confianza.

- Vístase Genaro, que vamos a practicar deporte - le digo mientras abro el armario metálico que hay a los pies de su cama.

- ¿Cómo deporte?, ¿ónde?, ¿a estas horas?

Le tiro a la cara uno viejos pantalones de tergal, una camisa azul algo raída por los codos y un chaleco de punto.

- Vamos a jugar a galgos y furtivos, Genaro

                                                       .aquí,
                                           
                                                      en el hospital,



                                                                AHORA.







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